Seamos realistas, no todos somos monedita de oro para tener la simpatía de la mayoría, ni mucho menos el carisma para que los demás hagan lo que requerimos para cumplir las metas. Todos tenemos agendas personales que cumplir, ideales y formas de trabajo muy específicos, lo cual en ocasiones nos pone en contra de los estilos e ideas de otras personas.
Recuerdo muy bien la situación de una gerente que apoyamos en una empresa de medios. Ella estaba acostumbrada a entregar proyectos de una manera muy particular que siempre le había dado resultados adecuados en su trabajo anterior. Cuando llegó a su nuevo puesto, se dio cuenta que nadie utilizaba un proceso siquiera similar al suyo. La presión por los resultados llegó rápido, y eso la obligó a tratar de imponer su estilo de trabajo a los demás: enviaba por delante sus credenciales y su posición: “es por algo que me trajeron aquí”, decía.
Lo único que se ganó fue la antipatía de los demás y un sobrenombre que meses después se enteró: “la yo sé todo”. En las reuniones, de hecho, al preguntar si todos estaban de acuerdo, la ignoraban o le decían que sí, pero sin estar convencidos. Si bien su procedimiento era correcto, su forma de lograr que la apoyaran era muy pobre.
El resultado final es que sus colaboradores y colegas relegaban a la mínima prioridad las actividades que ella les pedía: tenía que perseguirlos para que le entregaran las cosas o en el peor de los casos ella terminaba haciéndolo por si misma. Productivamente era muy costoso.
Como su situación, encontramos muchos ejemplos similares en las organizaciones, y puede ser que te haya sucedido de manera personal: la diferencia de opiniones con colegas, clientes y colaboradores puede crear ambientes incómodos donde muchas veces se practican comportamientos primitivos tales como enfurecerse o retirarse. ¿Cómo lograr que las personas que tienen una agenda diferente o piensan diferente que tú, te apoyen, o al menos no te estorben?
En cada oportunidad que tenemos para trabajar con líderes, siempre les decimos que las actitudes primitivas deben ser sustituidas por herramientas más inteligentes. En este caso, queremos compartir tres de ellas que te ayudarán a mejorar tu capacidad para ganar la colaboración de los demás, ante una situación de diferencia de opiniones.
Herramienta # 1: Se honesto
Hemos encontrado que las personas en posiciones de liderazgo en las organizaciones no están acostumbradas a decir las cosas de manera directa. Por alguna razón dan rodeos y ocultan sus verdaderas intenciones para realizar algo. Recuerdo muy bien que uno de los mejores gerentes que he conocido, siempre decía “lo que quiero es ganar más dinero, ¿me vas a ayudar o me vas a estorbar?” Su sinceridad en esta frase era brutal: las personas que trabajaban con él no tenían dudas del tipo de negociación a la que se tenían que enfrentar.
Te recomendamos que siempre seas directo en tus intenciones. Las personas agradecerán no tener que descifrar lo que requieres.
Herramienta # 2: No trates de cambiar su opinión
Cada quien tenemos nuestras opiniones y metas. Querer cambiar eso en primera instancia en una persona es peligroso: en vez de propiciar un acercamiento, lograrás un alejamiento. Sólo recuerda lo difícil que ha sido para ti recibir instrucciones de una persona que no te cae bien. Lo mismo experimentarán las personas que no están de acuerdo contigo y les obligas a seguir una instrucción. Siempre trata de entender su punto de vista y después, encontrar un camino común.
Herramienta # 3: Adelántate.
Si sabes que tu opinión no es la aceptada, se proactivo y menciónalo. No siempre las mejores ideas son las más populares o habituales. Si tú sabes que los resultados serán favorables, empieza por decir que tu idea o forma de ver las cosas tal vez no sea agradable para todos, pero tendrá resultados. Con esto, estás dando la oportunidad de que los demás sepan que estás poniendo de tu parte y eres consciente de la situación.
Los líderes que hemos ayudados con estos tips, han podido elevar su productividad al elevar su liderazgo con sus colegas y colaboradores.