Tal vez has escuchado que “el movimiento es causa de toda vida”, así como las personas necesitamos permanecer en movimiento constante para estar bien, de igual manera las organizaciones requieren moverse, es decir, estar en un constante proceso de mejora que podría traducirse como el reinventarse a sí mismo en la manera que hacen las cosas para impulsar cada día la productividad, la rentabilidad y el crecimiento. La innovación es vital para que una organización siga creciendo y permanezca a la vanguardia de sus competidores, ya que al incluir un pensamiento innovador será mucho más fácil adelantarse a las necesidades de sus clientes.
Es importante poder identificar en qué situación se encuentra la organización para poder tomar cartas en el asunto e implementar medidas que ayuden a que la organización sea capaz de gestionar de una mejor manera las iniciativas de innovación y fluya de mejor manera la adopción de estas.
Existen cinco niveles de madurez de la innovación en las organizaciones:
Inicial.
La organización “reacciona” a los cambios en cuanto surgen, principalmente a causa de la presión del mercado, por lo que hay limitantes y fácilmente puede quedar rezagado ante los competidores.
Para llegar a este nivel es necesario identificar a los líderes que influyan para crear una cultura de innovación dentro de la organización, además de tratar de crear oportunidades para innovar y no sólo reaccionar.
Estructurada.
En este nivel ya se tienen procesos definidos y estandarizados para recopilar ideas innovadoras, ya que los colaboradores ya conocen de innovación y se comparten de manera más activa las ideas.
Para lograrlo es importante establecer procesos de intercambio de ideas con estrategias como la filosofía LEAN que ayude a formalizar la gestión de la innovación y cambio desde los líderes.
Controlada.
Alcanzar este nivel es un gran logro, ya que el proceso de innovación se realiza de manera activa y efectiva e incluso se vuelve un proceso formal a lo largo de toda la organización. Las diversas áreas y equipos colaboran para innovar utilizando herramientas técnicas y creativas siempre enfocados en alcanzar objetivos estratégicos.
Esto se logra al homologar la visión y habilidades de tus líderes para incentivar en sus equipos la innovación con un objetivo en común.
Madura.
Se ha formado en la organización una cultura innovación sólida enfocada en la mejora continua.
Esto se logra al integrar espacios y competencias a niveles de gerencia enfocados en la innovación y garantizar los resultados de esta con prácticas y procesos eficientes.
Internalizada.
La innovación es ya parte del ADN de la empresa. Desde los primeros niveles, cada colaborador está motivado e incentivado a abrazar la innovación y el cambio. Los líderes están capacitados para gestionar el cambio y promoverlo de manera constante.
Ahora ya sabes cuales son los niveles de madurez y qué hacer para que tu organización alcance el siguiente nivel.