Todo líder debe tener un conjunto de herramientas básicas que le permitan enfrentar las diferentes situaciones que se presentan día a día. Algunas herramientas permiten resolver cuestiones cotidianas (comunicación efectiva, escucha activa, motivación), mientras hay otras que están enfocadas a mejorar situaciones de mediano y largo plazo. Dependiendo de la problemática a resolver, el líder debe abrir su caja de herramientas y escoger los instrumentos que le permitan enfrentar la cuestión que se esté presentando.
Parte de nuestro trabajo es siempre tratar de encontrar aquellos hábitos que distinguen a los líderes más productivos en comparación con los que se esfuerzan por obtener resultados. En particular, nos interesan aquellas herramientas que utilizan los líderes para obtener mejores resultados en el menor tiempo. Hoy, quiero hablarte sobre una de esas herramientas, que muy poco líderes practican, pero provee una ventaja competitiva enorme a quienes la tienen como parte de sus hábitos de trabajo: se llama pensamiento estratégico.
¿Qué es?
El pensamiento estratégico es muchas veces confundido con la práctica común de planeación estratégica. De hecho, cuando hemos preguntado a los líderes si utilizan pensamiento estratégico, la mayor parte de las veces nos terminan platicando sobre su planeación estratégica. Los dos conceptos son muy diferentes, aunque ambos compartan la palabra estrategia.
Planeación estratégica, como sabes, es el conjunto de actividades que se hacen cada año para alinear los esfuerzos de todos los colaboradores de la organización a un conjunto de objetivos. Un grupo de líderes determina las prioridades de negocio para el siguiente año y, a partir de ahí, comienza un proceso de “cascada” de esos objetivos al resto de la organización. Se espera que cada colaborador contribuya desde su trinchera al logro de las metas planteadas, con el fin de contar con una misma dirección de esfuerzos.
Entonces, ¿Qué es pensamiento estratégico? Si bien, el concepto es materia de libros e incluso cursos completos, quiero darte algunas ideas que te ayudarán no solo a entenderlo, sino a comenzar a practicarlo de inmediato:
Pensar fuera de la caja
El pensamiento estratégico involucra la capacidad de un individuo o grupo para detenerse y poder ver las cosas desde fuera. Como ejemplo, este concepto es fácil de notar cuando una persona entra a una nueva organización: el colaborador, acostumbrado a otro ambiente, ve cosas “raras” en la forma de trabajo del grupo que se está integrando. De hecho, esta persona, ve soluciones sencillas a problemas cotidianos de la organización porque sigue utilizando una perspectiva distinta. Si bien, esta capacidad va disminuyendo conforme la persona se integra a la cotidianidad del grupo, el ejemplo es bueno para explicar lo que se requiere para tener pensamiento estratégico.
El pensamiento estratégico exige que periódicamente salgas de la burbuja para ver los problemas desde otra perspectiva. Existen técnicas muy efectivas que compartimos con líderes para lograr esto de manera sencilla.
Hacer las cosas correctas, no hacer las cosas correctamente.
Bill Birnbaum, fue quien dijo esta frase en uno de sus textos, y también nos recuerda la frase de Peter Drucker que dice:
“No hay nada más ineficiente que volverse altamente eficiente en hacer las cosas incorrectas”.
Recuerdo muchos ejemplos de organizaciones en las cuáles hemos colaborado en donde en vez de arreglar la raíz de un error, los equipos y líderes preferían proponer un proceso para enfrentar las consecuencias de los errores.
Favorecer la estrategia, no la táctica
El juego de ajedrez nos permite dar un ejemplo de este concepto. En el ajedrez hay estrategias de juego de manera defensiva u ofensiva, y ambas están diseñadas para ganar al contrincante. Una persona que sólo conoce los movimientos de las piezas, aplicará sólo tácticas para poder capturar o escapar de ser capturado (tácticas) pero sin una estrategia general.
El pensamiento estratégico obliga a que antes de movernos, pensemos en al consecuencia de los movimientos que realizaremos para asegurar un mejor resultado.
Para cada una de las ideas que acabamos de platicar, hay técnicas que te permiten practicarlas de manera efectiva y obtener resultados rápidamente.
Blog escrito por:
Hugo García M.
Director Ejecutivo de Un Día Extra