Todos tenemos cosas pendientes por hacer en nuestras vidas: desde cosas pequeñas como cambiar un foco o poner aceite a las bisagras de una puerta que rechina hace meses, hasta planes como realizar estudios, comenzar un negocio o hacer viajes. A las personas que participan en nuestros seminarios siempre les hacemos la pregunta ¿por qué no lo has hecho? La respuesta más típica es “porque no tengo tiempo”. No es la única contestación que escuchamos, pero definitivamente es la más común.
No cabe duda de que siempre estamos ocupados: comenzamos el día muy temprano, pasamos de una actividad a otra sin parar y al final del día, aún después de haber realizado muchas actividades, sentimos que no logramos lo suficiente. De hecho, incluso después de haber laborado tanto, nuestra lista de pendientes sólo crece. En este momento es donde empiezan a resonar frases como “no trabajamos para vivir, sino vivimos para trabajar”.
Una de las cosas que da más satisfacción es poder lograr metas y cumplir actividades que habían estado retrasadas por mucho tiempo. Recuerdo muy bien una ocasión en la cual adquirí unos accesorios para un cuarto de la casa, y siempre decía que el fin de semana tendría tiempo para colocarlos. Pasaron varios meses y cada domingo en la noche el pretexto siempre era el mismo: “no tuve tiempo para hacerlo”. Por fin, un fin de semana decidí colocar los accesorios el sábado a primera hora. Eso que había retrasado por meses, ¡sólo me tomo 20 minutos! La satisfacción de haberlo completado fue excelente (lo presumí a todos varias veces), pero fue más notable el entender que el hecho de no tener tiempo fue siempre un mito, pues eran otras causas lo que realmente hacían que yo no actuara.
Para apoyarte a vencer el mito de no tener tiempo, te doy las siguientes sugerencias:
Ten todo a la mano antes de comenzar.
A veces decimos que no tenemos tiempo para hacer algo, pero la realidad es que una de las razones típicas por las cuales no comenzamos una tarea es porque no tenemos lo que se requiere para iniciar. Ya sea que no hayas determinado los pasos para lograr lo que quieres o que no tengas las herramientas a tu alcance, eso será suficiente para que decidas realizar otras cosas que son más sencillas
No trates de hacer todo por ti mismo.
Realizar las cosas por ti mismo trae orgullo y satisfacción, y es por eso que muchas veces decidimos hacer la mayoría de las tareas de manera personal. El problema, es que muchas veces, no somos especialistas en las actividades. Un ejemplo muy común que nos ha tocado ver, es la enorme cantidad de horas que las personas pueden gastar tratando de hacer que una presentación en PowerPoint se vea atractiva: un buen diseñador en cuestión de minutos, puede hacer un trabajo muy superior… simplemente no estamos acostumbrados a delegar o pedir ayuda.
Evita gastar tiempo en actividades sin valor.
Es más fácil revisar el correo para ver si no ha llegado nada nuevo que ponernos a trabajar en una estrategia de mejora del negocio. La primera actividad es simple y rutinaria, la segunda compleja y estratégica. Definitivamente, si no se hace una elección consciente, la mente siempre elegirá la ruta más sencilla. El valor que deja una actividad respecto a la otra es radicalmente diferente, pero aun así, elegimos trabajar en cosas de menos valor que nos quitan tiempo muy valioso.
Sé realista con los tiempos.
Hemos visto que muchas personas toman a la ligera la selección del tiempo que les lleva completar una tarea. Por ejemplo, determinan que realizar un documento típico les llevará solo un par de horas, pero pasan por alto el tiempo para conseguir y corregir la información que irá en el mismo: en vez de dos horas, se convirtió en una actividad de al menos seis, lo cual provoca que el resto de la agenda sea un caos y por lo tanto no alcance el tiempo.
¡Si quieres comenzar a vencer el mito de no tener tiempo, comienza a hacer cambios ahora!